
El zar Iván IV de Rusia, descrito como inteligente y devoto, pero también propenso a la paranoia, la rabia y brotes episódicos de inestabilidad mental que aumentaron con la edad, se casó con Anastasia Romanovna. Aunque parezca increíble, se dice que fue un matrimonio relativamente feliz. De este matrimonio, solo dos hijos sobrevivieron a la infancia: Iván y Fiódor.
En 1560, Anastasia cayó enferma y murió. Nunca se supo con certeza la causa de su muerte, pero lo que sí fue cierto es que esto desató un caos en la salud mental del zar, quien, por si acaso, mandó torturar y ejecutar a varios nobles boyardos porque tenía la teoría de que su esposa había sido envenenada. Iván no volvió a tener más hijos, aunque se casó con cinco mujeres distintas, de las cuales algunas fueron envenenadas o encarceladas.

De todas maneras, la continuidad del linaje Rúrik parecía garantizada: su hijo mayor y heredero, Iván, se había casado con Elena Sheremeteva, hija de un noble boyardo, y estaba embarazada. Cabe mencionar que la relación entre padre e hijo era algo tensa y problemática.
El 15 de noviembre de 1581, Iván el Terrible se cruzó en una estancia de su palacio de Moscú con Elena, su nuera. Al parecer, Elena iba vestida con ropas demasiado ligeras para el gusto del zar, y esto lo enfureció. Iván la insultó por su supuesta falta de modestia y empezó a golpearla ferozmente. Al oír los gritos de Elena, su marido corrió en su ayuda.
El zarévich se enfrentó a su padre y se enzarzaron en una discusión airada. Según los testigos, el padre le echó en cara a su hijo que no apoyase incondicionalmente sus decisiones militares y lo acusó de incitar a la rebelión de sus propias tropas.
La discusión pasó a las manos y, entonces, el zar agarró su cetro y golpeó a su hijo en la cabeza con él. El zarévich cayó al suelo, apenas consciente y sangrando profusamente.
Durante los días siguientes, Iván el Terrible se encomendó a todos los santos para que ayudasen a su hijo a sobrevivir. Pero fue inútil: cuatro días después, el 19 de noviembre, Iván Ivanovich, su único heredero viable, murió. Y eso no era todo: Elena perdió al bebé que esperaba a causa de los golpes de su suegro. Así fue como, tras años utilizando la violencia más extrema contra sus semejantes, Iván el Terrible vio su legendaria ira volverse contra él mismo y su familia.
Fiódor no tuvo hijos, así que su muerte en 1598 supuso la extinción de la dinastía Rúrika.
Deja un comentario